"Todas las mañanas, antes de irse a trabajar, la madre de Violeta deja un beso en su almohada. Un beso azul en los días soleados, más azul todavía en los días nublados y siempre, siempre, un beso azucarado para endulzarle el desayuno.
Aquella mañana, el beso, después de besar a Violeta y dibujar alegres piruetas en su habitación, saltó por la ventana y voló, voló, voló..."
Este bello cuento nos ensalza el poder de los besos y el cariño. ¿Qué no se consigue con besos y amor? Además, en los tiempos que corren, cuando muchos papás y mamás no pueden pasar tanto tiempo como desearían con sus hijos, se hace del todo necesario que ese tiempo sea de calidad y lleno de amor. Un amor tan grande y mágico que lo puede todo.
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